Nadie
nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión.
La gente aprende a odiar, y si pueden aprender a odiar,
también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón
humano que su contrario.
Lo que cuenta en la vida no es el mero hecho de haber vivido.
Son los cambios que hemos provocado en las vidas de los demás lo que determina
el significado de la nuestra.
La educación es el arma más poderosa que puedes usar para
cambiar el mundo.
Para ser libre no basta solo con liberarse de las propias
cadenas, sino vivir de una forma que respete y fomente la libertad de los demás.
La mayor gloria no es no caer nunca, sino levantarse siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario