EL ARTE DE VIVIR!!!

En la vida todo es arte, o al menos así lo he sentido siempre. Cada cosa, cada detalle, precisa la mirada de un artista. El simple hecho de movernos requiere de gracia, de una gracia especial. No es igual si caminamos como autómatas, que si nos deslizamos como gacelas. El sencillo acto de sorber un vaso de agua por ejemplo, será muy diferente si lo hacemos sintiendo cómo corre por dentro nuestro, y percibimos la diferencia entre antes de tomarla y después, o contemplamos el cristal de la copa haciéndolo jugar con las luces que nos rodean, todo, absolutamente todo, es arte. En fin, podría seguir Ad Infinitum, pero esta vez sólo quise compartir la idea que tengo. Claro que si profundizamos, vivir es todo un arte!. Aprendí a sanarme y a sanar, eso también es Arte. Existen mil y una vicisitudes y maravillas en la existencia, a través de las cuales debemos aprender a movernos con arte precisamente, tantas, que me asombró encontrar disponible el título.

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ADVERTENCIA

Todos los mensajes aquí expuestos son para el crecimiento espiritual. El discernimiento personal es un requerimiento para leerlos. Si no resuenan con su corazón, deséchelos.

sábado, 31 de enero de 2015

La indefensión aprendida: ahondando en la psicología de la víctima

Estatua llorando. Imagen: Anders Ljungberg
Estatua llorando. Imagen: Anders Ljungberg

La indefensión aprendida: un síndrome a considerar

¿Qué es la indefensión aprendida?

La indefensión aprendida es tal vez uno de esos fenómenos cuya importancia no es mínima en el plano existencial del ser humano y cuya investigación y respuestas que ésta arroje son primordiales tanto para la sociedad como para las personas en particular. Es algo que puede afectar o que de hecho afecta en ocasiones a personas tan cercanas como lo puedes ser un familiar e incluso a uno mismo. No es, por ende, solo algo académico sin relevancia en la realidad sino algo que afecta la vida diaria de muchas personas y, en no pocas ocasiones, la vida de ellas puede depender del auxilio efectivo de algún familiar o profesional de la salud mental.
Pero ¿qué es la indefensión aprendida? A grandes rasgos se refiere a la condición en la cual una persona o animal se inhibe ante situaciones aversivas o dolorosas cuando las acciones para evitarlo no han sido fructíferas terminando por desarrollar pasividad ante las mismas. Entender la forma como se desarrolla dicho fenómeno es vital para poder entender y ayudar a las personas cuya vida podría depender de ello.
Seligman y Overmaier fueron de los primeros investigadores en plantearse la cuestión sobre por qué un animal o una persona bajo condiciones adversas y dolorosas constantes no hacían nada para dejarlas (lo cual lograron gracias sus experimentos con perros), seguidos posteriormente por algunos investigadores como Watson y Ramey entre otros.
Por otra parte, no hay una situación en específico que genere la indefensión, es decir, muchas personas pueden vivir la misma situación adversa (incluso de manera grupal) y sin embargo reaccionar diferente ante ella. Fue Bernard Weiner quien consideró la influencia de la interpretación y la percepción que cada individuo tiene del evento en el desarrollo de la indefensión y por lo mismo en la forma de afrontarla.

Señales de la indefensión aprendida

Cuando alguien cae en la indefensión, lo manifiesta en tres déficits: El motivacional, el emocional y cognitivo. Una persona que empieza a caer la indefensión o que ya sufre de ella comienza a mostrar un retraso en la iniciación de respuesta voluntarias hasta que poco a poco deja de haberlas (déficit motivacional). De igual forma, comienzan a existir una serie de desórdenes conductuales como entrar en estado de ansiedad y depresión (déficit emocional) hasta el punto de dejar de poder ver soluciones al problema que le invade (déficit cognitivo).
La respuesta al por qué no hace nada una persona en dicha situación por salir de ella radica justamente en la afectación integral no solo de estos tres ámbitos (motivacional, emocional y cognitivo) sino también a nivel fisiológico. En una palabra, toda su persona se sume en dicho síndrome. Por ende, no bastará con tomar la decisión de romper con el ciclo (lo cual es, por cierto, un primer paso para hacerlo) sino que implica desaprender la forma en que se procesa la situación aversiva o dolorosa.
¿Cómo se llega a la indefensión? Una forma fácil de entenderlo es la historia de las ranas: Se dice que para cocinar a una rana viva es necesario meterla en el agua fría e ir aumentado poco a poco el calor hasta que ésta hierva. En cambio, si la echas al agua ya hirviendo la rana saltará. Con esto quiero decir que es algo gradual que poco a poco carcome las fortalezas psíquicas y corporales hasta el punto de doblegar la voluntad.
Lo triste a considerar es la facilidad con la que se puede llegar a la indefensión pues pocas veces hay la educación emocional para poder enfrentarlos. Basta con exponer continuamente a la posible víctima a circunstancias adversas, bajarle la moral, sobrecargarla de trabajo, cerrarle el apoyo externo durante un tiempo prolongado y repetitivamente hasta el punto en que manifieste déficits en los ámbitos ya mencionados. Y no, no es algo que no pase todos los días: La violencia familiar y/o de pareja es un ejemplo común desafortunadamente pero no se reduce a ella. Lo hay en la escuela, en el trabajo, con los “amigos”. No necesariamente se traduce en violencia física. Puede ser psicológica, económica, moral, entre otros.

Solucionar la indefensión aprendida

De igual forma, de poco ayuda que alguien solo le repita a la víctima lo que debería hacer. Es como querer decirle a un enfermo de gripe que no se sienta mal. En efecto, no se siente mal porque quiera sino porque lo está. Es necesario desestigmatizar a la víctima. Entender que ha perdido la capacidad de ver las soluciones que otros sin el problema pueden ver y que la ayuda no es solo mostrarle lo que “debería” o “no debería” hacer, sino reafirmarle su capacidad y autoestima, devolverle el control a su vida para que sea capaz de tomar las riendas sobre aquello que en su momento veía sin solución.
Para finalizar, la indefensión no es asunto meramente individual. Se puede hacer “viral”, por así decirlo. Contagiar a toda una sociedad o grupo social. La Segunda Guerra Mundial fue un caso extremo donde se vio toda la crueldad de la que el ser humano es capaz y los campos de concentración nazis testigos de miles que habiendo perdido toda esperanza se prácticamente se entregaron a la muerte.
No es necesario irse tan lejos en el tiempo o en el espacio. La violencia familiar, el bullying, el mobbingson tan solo algunos ejemplos cotidianos que nos demuestran que este fenómeno es algo a considerar y, como dije al principio, en algunos casos, la vida de algunos de los involucrados puede depender de ello.

Referencias bibliográficas:

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