En una conferencia en la Universidad de Chile,
Alejandro Jodorowsky dice que la moralidad no está en el sexo, está en el
intelecto y que la sexualidad es privada, nadie se debe meter. “Yo puedo pensar
la sexualidad de Cristo, pero la sexualidad de Cristo es privada. Tengo derecho
a imaginarla, pero me la callo, porque la vida de Cristo será mi sexualidad,
como espejo. Si se enamoró de María y es incestuoso, yo soy incestuoso. Si es
pedófilo, yo soy pedófilo. Si es andrógino, yo soy andrógino. Si es homosexual y
se enamoró de Juan, yo soy homosexual. Si es el casto, yo soy casto. Cada cual
tiene que tener su imaginación y no decirla.”
Parece una cuestión tabú…
Dice Alejandro Jodorowsky que en verdad, los
Evangelios eluden sabiamente toda definición sexual del Mesías. Pero que el
error estriba en que un tema como éste sea tabú.
¿Por qué debe plantearse?
Responde Alejandro Jodorowsky que: “Nuestra vida
sexual corresponderá a la respuesta que nos demos: si respondemos con
autenticidad, estaremos de inmediato equilibrados; pero si rehusamos pensar en
este tema, inhibiremos nuestra energía creativa. Hace dos mil años que la
Iglesia se ha desequilibrado al negar esta cuestión”
¿Qué beneficio podemos obtener de esa
pregunta?
“Si la resolvemos, dándonos la solución en
nuestro interior, lograremos el equilibrio personal. Evidentemente, no tenemos
necesidad de confiar nuestra respuesta a nadie: guardémosla en el secreto de
nuestro corazón…Esta respuesta no corresponde sino a cada uno de nosotros y, si
es sincera, es de una belleza sublime.
Breve extracto obtenido en Evangelios para
Sanar, de Alejandro Jodorowsky
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